¿Qué son los celos?
Los celos son un fenómeno universal. Muchos animales son capaces de mostrar conductas celosas (por ejemplo cuando una pareja cuyo perro dormía a los pies de su cama es desplazado a otra habitación para poner la cuna del niño recién nacido). Se manifiestan en la infancia, en la adolescencia y en la edad adulta (apareciendo en relaciones profesionales, sociales, artísticas y de pareja).
Son un proceso de emociones complejo en el que se mezclan emociones negativas como el miedo, la hostilidad o la ira, la tristeza y con emociones agradables como el amor y el cariño.
Los celos se refieren a una emoción que hace alusión al temor, creencia, o sospecha de que existe peligro de perder a la persona amada. A su vez, el celoso trata de prevenir la infidelidad a partir de la percepción de que una relación significativa está amenazada y puede llegar a desaparecer como consecuencia de la acción de una tercera persona, con independencia de que dicha amenaza sea real o imaginaria.
¿Los celos ayudan o perjudican a una relación de pareja?
Los celos son un elemento importante en las relaciones de pareja. Es uno de los problemas más frecuentes experimentados en las relaciones íntimas.
Los celos de baja intensidad pueden ser adaptativos ya que favorecen la estabilidad de la pareja, ayudan a controlar en cierta medida la promiscuidad y favorecen un entorno estable para el cuidado de los hijos. Pero cuando la intensidad frecuencia o duración de los celos es tan elevada que interfiere con la evolución de la relación estaríamos hablando de celos patológicos.
Los celos patológicos se manifiestan a distintos planos: en el emocional la persona celosa puede sentirse ansiosa y/o agresiva, en el plano cognitivo presentará pensamientos que es incapaz de eliminar o desplazar y que le llevan a pensar en una posible infidelidad por parte de la persona amada («seguro que estará con su amante», «cuando sea más vieja, él se buscará a otra») y en el plano conductual presentará conductas con el objetivo de controlar a su pareja (registrar su teléfono móvil, controlar sus horarios, acceder a sus cuentas de correo electrónico etc).
A veces el hecho de mencionar el nombre de una antigua pareja o tener la sensación de que nuestra pareja ha mirado a una persona al caminar por la calle puede generar la reacción celosa.
Una relación de pareja en el que los celos están presentes de forma continuada pueden llegar a destruir la relación de pareja. El celoso sufre en el intento constante de proteger y/o salvar su relación de pareja, de tal forma que agobia, atosiga y controla a su pareja de tal modo que la pareja probablemente cambiará su forma de comportarse (es mejor que no le diga que salí anoche, así no pasa un mal rato) se irá minado la comunicación y puede favorecer el fin de la relación.
Los celos se ponen en marcha muy a menudo tras la ruptura de la pareja. La persona que se siente abandonada tiende a pensar que esta situación viene determinada por la aparición de un tercer personaje y reivindica, a veces peligrosamente, “sus derechos” a quien supuestamente ha motivado la ruptura.
Psicólogo en Salamanca – Psicóloga Mª Luz Cañadas – Psicología